Noqan
Yo estaba triste
y cerré mi corazón
a nadie
y nadie entró por mi puerta
junto a la luz
y la mañana
cantaron
aves
ese rato.
y cerré mi corazón
a nadie
y nadie entró por mi puerta
junto a la luz
y la mañana
cantaron
aves
ese rato.
El castellano, lengua prestada y ajena se ha vuelto una jaula, un cárcel y un encierro, estos textos empiezan y suenan como gruñidos de perro pero tienen la intensión de hacerse inteligibles a la gente.